
Hemos elegido la Primera Epístola del Apóstol San Juan, para estudiarla a fondo. Y queremos en este medio darle algunas pistas para que su trabajo al exponer sea lo más completo posible.
Lo que comartimos aquí es tomado de la revista Entre Nos de la Unión Misionera Evangelica de Panamá.
Autor.
“ Las tres epístolas de San Juan presentan, sin duda alguna, grandes semejanzas con el cuarto evangelio. Un lenguaje sencillo y sublime, al mismo tiempo trasmite un mensaje de verdad, de luz, de pureza y de amor. Toda la ideologia teológica es de San Juan. Por este motivo, la mayoría de de los escritores admiten que el autor de los escritos joánicos es el mismo San Juan Apóstol.”
¿Pero quién era este Juan? El mismo autor de los evangelios , su nombre es Del hebreo yohanan (Yahveh es -o ha dado- gracia) Generalmente se considera que Salomé era hermana de María, la madre de Jesús, debido a que en Jn. 19:25 se dice que cuatro mujeres estuvieron cerca de la cruz: las dos Marías mencionadas por Marcos y Mateo, la madre de Jesús, y la hermana de su madre. Si esta identificación es correcta, Juan era primo de Jesús por el lado de su madre. Sus padres pueden haber sido de buena posición porque su padre, que era pescador, “tenía jornaleros” (Mr. 1:20); y Salomé es una de las mujeres que “servían a Jesús de sus bienes” (Lc. 8.3; Mr. 15.40).
Juan es un hombre especial, pertenecia al grupo selecto de los 12 y dentro de ese circulo pertenecía la grupo de los tres más intimos de Jesús. En tres ocasiones de importancia, en las primeras etapas del ministerio de Jesús, Juan aparece en compañía de su hermano Jacobo y Simón Pedro, con exclusión de los otros apóstoles: en la resurrección de la hija de Jairo (Mr. 5.37), en la transfiguración (Mr. 9.2), y en el huerto de Getsemaní (Mr. 14.33); y, según Lucas, Pedro y Juan fueron los dos discípulos enviados por Jesús para preparar la cena final de la pascua (Lc. 22.8). Y entre esos tres, él era el “discipulo amado” que reclinaba su cabeza en el pecho del maestro mientras este comía. Era un hombre con un carácter fuerte; él y su hermano son llamados por Jesús, “los hijos del trueno”. (Mr. 3.17) Juan es el mejor ejemplo de lo que es un carácter transformado por el poder del Espíritu Santo, un hombre que en los evangelios encontramos temperamental, ambicioso e intolerante sin embargo, el hombre que escribe ahora es una muestra de ternura y cariño aún paternal. Las expresiones,”hijitos, amados...”, el Juan que pedia fuego para consumir a los quese oponían al maestro, ahora pastorea y anima pero sin perder la fuerza del mismo.