jueves, diciembre 03, 2009

Cambiando nuestro modo de convivencia.


En días pasado, escuchaba un hermano hablar de las características de lo que el considera, quienes son sus verdaderos "amigos" al principio me sorprendió lo que decía pero luego me desilusiono, porque lo que el hermano considera un amigo viene de su versión humana carnal. Nada de lo que decía tenia  un fundamento bíblico sino un fundamento egoísta.

Tenemos que reconocer que una de las grandes deficiencias de la iglesia hoy, es precisamente su vida en comunidad, porque hemos llegado de un entorno pagano, y no hemos dejado que la verdad del evangelio realmente trastorne nuestras formas de convivencia.

Repasando las características que este hermano decía que debería tener su "amigo" eran:

  1. Que yo le pueda decir todos mis problemas, y que el solo escuche, que no diga nada más.
  2. Que yo reciba todo el apoyo de el, (algo de eso, puede esperar de mi)
  3. Que sea un "compinche" más que "hermano en la fe".
  4. Que este a mi servicio todo el tiempo.
Esto en nuestra cultura (Panamá) se llama compinche, ni siquiera esta en la categoría de "amistad", esta más en la categoría de "pandillerismo", pero eso es precisamente lo que algunos anhelan y buscan.

No están buscando una relación de crecimiento, sino una relación que no cuestione lo que hago, y digo. Una relación que me apoye mis actos de soberbia, racismo, inrespeto a las autoridades, y a los demás hermanos. Que a la hora, de la hora, sea mi aliado si es necesario, para producir una división y se que se irían conmigo.

Tenemos que hacer algunos ajustes a ese tipo de entender la demanda de una comunidad de fe.

En busca de la Koinonía



Pongamos las cosas en perspectivas, lo que muchos hermanos reclaman como falta de comunión, realmente lo que están demostrando es que ellos no han entendido lo que es la Koinonía.

Muchos hermanos cuando hablan de comunión, están pensando en el aspecto egoísta del que recibe todos los beneficios, no el que da sino el que recibe. Quiere atención para el (que lo llamen, que estén pendiente de sus problemas) que le recuerden sus aniversarios, cumpleaños, el día que aprendió a nadar, que adivinen el día que necesitaba que lo llamaran.

Estas personas no están consientes que realmente lo que esta pasando con ellas, es que están de lado equivocado de la cama. Que la Koinonía cristiana no es abusar de los hermanos, sino el darse por lo hermanos, no es que me busquen sino yo buscar, no es esperar, es el dar, que todo lo que anhelo para mi, debo hacerlo para el otro.

La raíz del término griego Koinonía incluye como primer sentido el de "participación»; se trata de tener parte en alguna cosa o de tener alguna cosa en común, o también, de actuar junto con alguien. Así pues, esta noción une en sí misma significados diferentes, pero complementarios. Podría decirse que, en el uso neo testamentario y sobre todo paulino, se junta un sentido «místico», con el que se remite al misterio íntimo de la vida divina en la que está llamado a participar el hombre por la gracia de Dios, con un sentido eucarístico y sacramental, que indica la comunión del hombre con Cristo, y con un sentido eclesiológico que indica la unión de los cristianos entre sí, ligados por vínculos multiformes

Probablemente, para descubrir el verdadero sentido de Hch 2,42 es necesario tener en cuenta tres elementos: la comunidad de fe y esperanza, la unión de los ánimos y su expresión concreta en el compartir los bienes: "No habría comunidad digna de este nombre si, entre sus miembros, algunos viviesen en la abundancia y otros estuvieran privados de lo necesario. La Koinonía asume el rostro concreto de ese compartir para asegurarle a cada uno lo necesario» (J. Dupont)

De este tema tenemos mucho que decir todavía pero basta por ahora.