jueves, septiembre 23, 2010

Estoy de acuerdo con el Papa y ¡No soy Tutifruti.!



Cuando alguien habla la verdad no importa quien sea tenemos que estar de acuerdo con el o ella, y este es el caso del Papa Benedicto XI. En su discurso de beatificación a Newman http://www.aceprensa.com/articulos/2010/sep/20/lo-que-ensenia-newman-al-cristiano-de-hoy/
dijo muchas verdades que no debemos desperdiciar por prejuicios.

¿Quién es Newman? Aquí un enlace donde tendrás una idea de quien se trataba, http://es.noticias.yahoo.com/9/20100919/tso-el-papa-proclamo-beato-al-cardenal-n-64bc860.html

La beatificación fue el marco para que el Papa hiciera ciertas reflexiones sobre la vida, literatura y obra de Newman. (1801-1890) y me gustaría reflexionar (más que todo aplicar a nuestro entorno) esas lecciones.

El papa cito de Newman su amor por la verdad y la búsqueda de la misma.

"Al final de su vida, Newman describe el trabajo de su vida como una lucha contra la creciente tendencia a percibir la religión como un asunto puramente privado y subjetivo, una cuestión de opinión personal. He aquí la primera lección que podemos aprender de su vida: en nuestros días, cuando un relativismo intelectual y moral amenaza con minar la base misma de nuestra sociedad, Newman nos recuerda que, como hombres y mujeres a imagen y semejanza de Dios, fuimos creados para conocer la verdad, y encontrar en esta verdad nuestra libertad última y el cumplimiento de nuestras aspiraciones humanas más profundas. En una palabra, estamos destinados a conocer a Cristo, que es 'el camino, y la verdad, y la vida' (Jn 14,6)".
Una sociedad que le tiene recelo a la verdad, una sociedad que no soporta la verdad, y como es su estilo de vida, la verdad tiene que ser "opcional" y de diversos sesgos, y que satisfaga a todo el mundo. No se puede y como dijo el Papa citando las Escrituras hay una sola verdad, y un solo camino Jesucristo. Juan 14:6.
"La vida de Newman nos enseña también que la pasión por la verdad, la honestidad intelectual y la auténtica conversión son costosas. No podemos guardar para nosotros mismos la verdad que nos hace libres; hay que dar testimonio de ella, que pide ser escuchada, y al final su poder de convicción proviene de sí misma y no de la elocuencia humana o de los argumentos que la expongan"
La verdad del Evangelio se vive, y es la forma más efectiva que cale en el corazón de los hombres, los hombres tendrán muchos argumentos para estar en contra del Evangelio, pero están desarmados ante los que portan el Evangelio como un estilo de vida.
Pues Benedicto XVI dejó claro que la búsqueda de la verdad de la fe implica dar frutos para la transformación del mundo, responsabilidad propia de cada uno y más en este tempo. "Nadie que contemple con realismo nuestro mundo de hoy podría pensar que los cristianos pueden permitirse el lujo de continuar como si no pasara nada, haciendo caso omiso de la profunda crisis de fe que impregna nuestra sociedad, o confiando sencillamente en que el patrimonio de valores transmitido durante siglos de cristianismo seguirá inspirando y configurando el futuro de nuestra sociedad. Sabemos que en tiempos de crisis y turbación Dios ha suscitado grandes santos y profetas para la renovación de la Iglesia y la sociedad cristiana; confiamos en su providencia y pedimos que nos guíe constantemente. Pero cada uno de nosotros, de acuerdo con su estado de vida, está llamado a trabajar por el progreso del Reino de Dios, infundiendo en la vida temporal los valores del Evangelio".
Nuestro sitial de observadores y críticos de la sociedad, ya no tiene sentido, la sociedad nos ha rechazado y es más nos hecha la culpa de todos sus males. En los medios de comunicación atribuyen el retraso en materia de "educación sexual, y aceptación de la homosexualidad a la mala actitud de los "judíos cristianos" y el fracaso de la juventud a "los puritanos". De pronto también seremos responsables de los terremotos, y desgracias naturales. Son momentos de "crisis y perturbación" por lo tanto nuestro papel de "luz y sal" se hace necesario, y recordar momento tras momento que somos contracultura, que este mundo "nos odia" como "odia a nuestro Señor y salvador".
Que la iglesia necesita sacudirse de la influencia del mundo, esta de más decirlo, pero tenemos que actuar no solo sufrirlo sino demostrar el estilo de vida de Reino en una sociedad corrupta y a punto de "autodestruirse".
Una cita muy interesante y de actualidad para la iglesia de hoy que es muy light es la que hace el Papa de las convicciones que tenía Newman de la importancia de un laicado (creyentes normales)
"Quiero un laicado –escribía Newman– que no sea arrogante ni imprudente a la hora de hablar, ni alborotador, sino hombres que conozcan bien su religión, que profundicen en ella, que sepan bien dónde están, que sepan qué tienen y qué no tienen, que conozcan su credo a tal punto que puedan dar cuentas de él, que conozcan tan bien la historia que puedan defenderla",
Que pensamiento más contemporáneo, donde los creyentes no quieren memorizar las Escrituras, creyentes que la historia les aburre, creyentes que no sienten el compromiso de "hacer defensa de la fe", más bien se abrigan con falsas posiciones de "tolerancia"

Para mí lo más impactante de las citas de Newman expresadas por el Papa fue lo relacionado con la persecución:

"en nuestro tiempo, el precio que hay que pagar por la fidelidad al Evangelio ya no es ser ahorcado, descoyuntado y descuartizado, pero a menudo implica ser excluido, ridiculizado o parodiado".

Que importante es recordar esto en nuestro diario vivir, y hacernos pensar si somos bien recibidos por los demás, si tenemos una lista interminable de amigos en el Facebook, y demás redes sociales, posiblemente es porque no conocen quienes somos realmente, que no aceptamos ni nos reímos de sus chistes subido de tono, y que no estamos de acuerdo con sus "arranques" y que somos temerosos de Dios, no solo en lo que publicamos en nuestro "muro", sino que lo representamos a él.